jueves, 10 de enero de 2008

Centenario del nacimiento de la novelista y ensayista francesa Simone de Beauvoir, un símbolo de la lucha feminista en el mundo

09-01-2008
David Arrabalí
Mundo Obrero


Como una importante impulsora del movimiento feminista en el mundo, al que dedicó gran parte de su creación, la novelista y ensayista francesa Simone de Beauvoir será recordada el mañana miércoles con motivo del centenario de su nacimiento, ocurrido el 9 de enero de 1908.

Simone de Beauvoir nació y vivió su infancia en el seno de una familia burguesa católica parisina, lo que no impidió que desde joven diera muestras de su inconformidad y se convirtiera en una joven comprometida con su género, negándose a aceptar el destino de la mujer sólo como madre y esposa.

En 1929 conoció en la Universidad de la Sorbona a Jean Paul Sartre, con quien se unió estrechamente, hecho al que definiría como "el acontecimiento fundamental de su existencia". Ambos profesores de filosofía mantuvieron una relación afectiva e intelectual hasta el último día de él, el 5 de abril de 1980. Juntos llevaron a la práctica una serie de principios basados en su concepción de la mujer y de la pareja. Jamás se casaron ni vivieron bajo el mismo techo, permitiéndose cualquier tipo de relación y realización fuera de la pareja.

Beauvoir empezó a trabajar en 1943 como redactora de la revista "Tempes modernes", dirigida por el propio Sartre. Ese año escribió "La invitada", texto en el que exploró los dilemas existencialistas de la libertad, la acción y la responsabilidad individual.

La idea motriz que abarca toda su obra es la de la libertad, tanto para las mujeres como para cualquier individuo, concepto que según ella implica al mismo tiempo la noción de responsabilidad. Dichos temas son abordados asimismo en obras suyas como "La sangre de los otros" (1944) y "Los mandarines" (1954), novela por la que recibió el Premio Goncourt.

Las tesis existencialistas, según las cuales cada uno es responsable de sí mismo, fueron introducidas también en una serie de obras autobiográficas, entre las que destacan "Memorias de una joven de buena familia" (1958) y "Final de cuentas" (1972), que según la crítica ofrecen una visión muy reveladora de su vida y su tiempo.

Entre sus ensayos escritos sobresalen "El segundo sexo" (1949), un profundo análisis sobre el papel de las mujeres en la sociedad, y "La vejez" (1970), sobre el proceso de envejecimiento y en el que critica apasionadamente la actitud de la sociedad hacia los ancianos. Asimismo, "La ceremonia del adiós" (1981), en el que evoca la figura de su compañero y colega de tantos años, Jean Paul Sartre.

Intelectual comprometida y curiosa del saber, Simone viajó mucho, visitó Estados Unidos, la Unión Soviética, China y Cuba. Su filosofía existencialista y su compromiso político de izquierda entraron en crisis ante los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Tal vez por eso, explican los estudiosos, abandonó el género de novela y se adentró más en la autobiografía, que le permitió analizarse a sí misma. La novelista, filósofa existencialista y luchadora social, murió el 14 de abril de 1986, en París, Francia.

*David Arrabalí es miembro del Consejo de Redacción de la revista Mundo Obrero y master en Materialismo Histórico y Teoría Crítica por la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

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En los tiempos de Simone

Por: Mabel Bellucci (ARTEMISA)
Fecha publicación: 08/01/2008
Tema: Derechos de la mujer

El 8 de enero de 1908 nacía Simone de Beauvoir en la ciudad de París. Recibió de muy pequeña una educación burguesa asentada en los fundamentos de la religión católica, aunque muy pronto se rebela contra todo lo impuesto. La II Guerra Mundial influye notablemente en su manera de ver la vida y en 1943 decide dedicarse exclusivamente a escribir. En esta nota, la autora refleja el marco histórico y político del ensayo feminista 'El segundo sexo' (1949), una de las obras que la convierte en las figuras intelectuales francesas más importantes y comprometidas del siglo XX.

En 1949, se publica El Segundo Sexo en Francia. Los debates públicos de la época se centran en el estallido de La Guerra Fría entre ambas superpotencias, en el estremecimiento por el horror experimentado con el nacionalsocialismo, el fascismo. La retracción de las luchas de las mujeres por sus conquistas perdidas, lleva al feminismo a atravesar un cono de sombra. Simone de Beauvoir, en el momento de componer El Segundo Sexo, piensa en un ensayo sobre su persona sin llegar a ser sus memorias. Su involucramiento ideológico es con las tendencias comunistas y con los procesos de descolonización del mundo periférico. Aún, falta un compromiso expreso con el feminismo, recién lo hace en 1973.

En suma: El Segundo Sexo fue parido a contratiempo de la historia.

Al carecer de interlocutoras, sin predecir los efectos posteriores que desenlazarían su obra, Simone se anticipa a la aparición de ese movimiento en los sesentas.

Por ello, El Segundo Sexo significará una herramienta teórica pionera, fundacional, que engarzada con otras coordenadas epocales, impulsa a la irrupción de la corriente feminista de la Segunda Ola, conocida también como Women's Lib. Las mujeres encontraron visiones revulsivas que les permitió definir su malestar en un contexto de expansión económica, de progresivo ingreso en la universidad, en el mercado laboral y en la participación colectiva.
La visibilidad de El Segundo Sexo vendrá de la mano de las norteamericanas, quienes representan el paradigma emancipatorio de las mujeres en Occidente.

A lo largo de esa década, emerge una actividad febril en la constitución de frentes autónomos, resistentes al poder, las instituciones, normas y jerarquías. Exploran nuevos modos de intervención pública mediante la práctica de la democracia directa, del comunalismo. Estados Unidos es un referente significativo: sus movimientos atesoran luchas de contestación en torno a la guerra, al consumo capitalista, a las diferencias raciales, de género y sexuales. Sumado, la filosofía situacionista francesa acuña la idea de revolución permanente en lo cotidiano. Además de radicalizar las pugnas políticas, la vida diaria, amorosa y sexual.
Respecto al mundo privado de Simone, ella construye un personaje guía, un polo de atracción para las que exploran en modelos alternativos. Encierra los perfiles propios de un canon: intelectual de talla, con pronunciamientos políticos diversos, escribe, acciona sobre la realidad para una innovación social y sexual. Su campo íntimo es de fronteras abiertas. Hace de lo personal un acontecimiento político. Y como otras escritoras francesas, desde su intimidad afectiva configuran una narrativa literaria y ensayística diferente a la instituida por las plumas masculinas.
Fue más que una feminista, fue una intelectual de izquierda, una activista de derechos humanos, una ensayista con estilo prometedor. Simone se sumó a una experiencia sin precedentes.
http://www.argenpress.info/nota.asp?num=050743&Parte=0

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