jueves, 10 de enero de 2008

El adiós de Georgette de Vallejo

Escribe Danilo Sánchez Lihón

1. Dulzura por dulzura corazona.
Cayó y rodó por las gradas de cemento de la escalera de su departamento, en el quinto piso del edificio donde vivía, en la cuadra 52 de la Av. Arequipa. El golpe le ocasionó una lesión cerebro vascular de la cual no se recuperó jamás.

Tres horas estuvo inconsciente tirada en la losa sin que nadie pudiera auxiliarla. Y es que vivía sola.

Era la esposa –lo es– del poeta más estremecedor, audaz y rotundo de los últimos siglos de la poesía universal, quien escribió para ella:

Costilla de mi cosa,
dulzura que tú tapas sonriendo con tu mano;
tu traje negro que se habrá acabado,
amada, amada en masa,
¡qué unido a tu rodilla enferma!
Simple ahora te veo, te comprendo avergonzado
en Letonia, Alemania, Rusia, Bélgica, tu ausente,
tu portátil ausente,
hombre convulso de la mujer temblando entre sus vínculos.
¡Amada en la figura de tu cola irreparable,
amada que yo amara con fósforos floridos...

Cuando era niña, a los seis años contrajo tuberculosis en una pierna, quizá por eso rodó en la escalera de su casa.

El accidente fue por salir a dar de comer a los gatos de la vecindad, que se reunían cotidianamente para este ceremonial y en aras del cual ella preparaba pacientemente la comida, cortando el pan en pequeños trozos, mezclándolos con atún y saliéndolos a repartir a los mininos a quienes revisaba sus heridas y curaba sus lastimaduras.

Ese accidente, cuando ella tiene 71 años, ocurrido el año 1979, le ocasiona una lesión cerebro vascular.

El accidente ocurrido a principios del año 1979, cuando contaba con 71 años de edad, le provocó un ataque de hemiplejia que devino en arterio-esclerosis.

Fue internada en la Clínica San Borja, luego en el Hospital Militar por gestión del Ministro de Educación Gral. Guabloche Rodríguez y, posteriormente, el 14 de febrero de 1979 fue internada en la Clínica Maison de Santé, donde ocupó el departamento 328. Para ello, la Sociedad de Beneficencia Francesa le otorgó una subvención de mil francos mensuales para sufragar gastos de medicinas y servicios médicos.

2. Los niños inválidos fueron quienes la acompañaron a su tumba.

Murió después de cinco años de permanecer postrada a consecuencia de la caída referida, expirando el 4 de diciembre del año 1984, a las 5.35 de la madrugada, víctima de un ataque cardíaco y embolia cerebral, a la edad de 76 años.

Sus restos fueron trasladados a la capilla del Hogar Clínica San Juan de Dios donde fueron velados.

Está sepultada en el Cementerio de la Planicie, en una tumba donada por los hermanos de esa casa de San Juan de Dios que ayuda a los niños con limitaciones en su salud corporal y mental.

Esos niños inválidos fueron quienes la acompañaron a su tumba. Y ¡qué bien que así lo hicieran porque nada puede ser más afín a Georgette que esa escolta y ese séquito.

Son los representantes de un país herido, lacerado por tantos sufrimientos. Pero también son las huestes de los voluntarios de la República Española, adultos o niños, que luchan por la redención del hombre.

Donó todo lo suyo, incluso los manuscritos de César Vallejo, a los enfermos de dicho nosocomio e institución de caridad. En poder de nadie esta herencia tiene su mayor sentido y coherencia que en manos de los enfermos del Hogar Clínica San Juan de Dios.
3. Por quienes habrá que echarnos la culpa a todos.
Al morir pesaba 40 kilos.

El hermano Lázaro Simón Cánovas, director del Hogar Clínica San Juan de Dios, quien la conoció muy de cerca, dijo en su sepelio: "Había que estar muy cerca de ella para comprender la inmensa ternura que guardaba detrás de su introversión".

Ternura que era enorme y total frente al mundo desvalido, humillado e impotente.
Para con los niños sobre quienes se abate y asesta el golpe ciego y fiero la invalidez.
Para con aquellos que son víctimas de la violencia familiar.
Con quienes son víctimas de la sinrazón y la ceguera del mundo.
Respecto a quienes no habrá a nadie a quien culpar por el abandono y la atrocidad en la cual viven.
Por quienes habrá que echarnos la culpa a todos; a uno mismo, que es lo que generalmente ella hacía.
Que es lo mismo que hacía su esposo, César Vallejo, quien confesaba:

Señor. . .
Todos mis huesos son ajenos;
yo tal vez los robé!
Yo vine a darme lo que acaso estuvo
asignado para otro;
y pienso que, si no hubiera nacido,
otro pobre tomara este café!
Yo soy un mal ladrón... A dónde iré!
Y en esta hora fría, en que la tierra
trasciende a polvo humano y es tan triste,
quisiera yo tocar todas las puertas,
y suplicar a no sé quién, perdón,
y hacerle pedacitos de pan fresco
aquí, en el horno de mi corazón...

4. A quien correspondía dar el veredicto y la sentencia final, desde la eternidad.

Sobrevivió 46 años a su esposo, muerto en 1938. En todo ese tiempo le fue totalmente fiel y consagrada a defender su obra. Vivía con él, dormía con la mano aferrada a la escultura de la mano de él que se la tomó en yeso, aún en su lecho de muerte.

Sin embargo había días en que estaban enojados:

– Estoy enojada con Cesár. –Decía con ese modo de pronunciar el nombre de pila de su esposo, acentuando la última sílaba y haciéndola una palabra aguda.

Lo cual significaba que tenía cubierta con un lienzo la mascarilla de César Vallejo. Entonces la réplica que tenía de su rostro estaba a oscuras, sin luz, cubierta con un manto.

Había puesto de ese modo la separación de una delgada tela entre ella y ese ser que habitaba su universo de manera impertérrita como ningún otro poeta en el mundo se tiene noticia que haya existido tan evidente, más allá de la muerte para alguna mujer.

Sin embargo, era un ser que tenía muchos motivos para la queja y el reproche hacia quien fue su esposo, una pareja que sufrió mucho a su lado y siguió sufriendo más aún sola y sin él. Una persona que dejó mundo tras mundo por él: su infancia, su provincia, su candor, su fortuna, su país, su paz y finalmente su vida.

Fue la peregrina, la rabona, la montonera, quien encarna de manera central y auténtica su mensaje, su misión y la trascendencia que él vino a representar en este mundo.

Pero había otros días en esa larga sobre vivencia amanecía y expresaba radiante:

– Ya estoy amistada con Cesár.

Y entonces descubría la mascarilla. Iniciaba para tal ocasión una larga conversación con él, acerca de la vida cotidiana, de las cosas del mundo. Ella le contaba, como si fuera una chiquilla, hasta de sus equívocos, sin parar y él respondía con monosílabos, como un oráculo que más escucha que habla pero a quien correspondía dar el veredicto y la sentencia final, desde la eternidad.

5. Engarzada en la mano y en el alma de ese ser andino, mestizo y absoluto.

Tenía ella para regir su vida la voz del océano, de la montaña, del trueno y del relámpago que era él, porque en eso se convirtió Vallejo para ella, espacio estelar y en voz, en sentido y en dirección de la vida.

Por eso, de lo que no se desprendió ella jamás era de su palabra, de su manera de ser, como de su reflexión al punto de llegar a pensar y actuar como él.

Y tal como lo expresó: Lo único que le faltaba para vivir plenamente a su lado "eran sus pasos".

Y es que caminaron mucho juntos, su estilo era ir cogidos de la mano, amorosos. Deambularon por Berlín, Leningrado, Moscú, Praga, Viena, Budapest, Venecia, Florencia, Roma, Pisa, Génova, Niza. Eran dos seres que encontraron un compás absoluto al caminar, se los nota en la foto transitando con Rafael Alberti en una calle de Madrid.

¿Cómo se los ve? Absolutos, íntegros. Acoplados en el caminar, coincidentes, hechos uno para el otro. Ela muy bella y muy mujer; él muy señor, y varón. Ella: encantadora, una gacela y una flor de liz, un emblema del imperio. Hermosa, elegante, espigada.

Sumida en una especie de encantamiento, muy en su aureola y en su mundo, parisina como era, con el abrigo que bate al viento, arrobada en sí misma, con un sombrero sutil, con un collar que le pende al cuello, se descuelga por su pecho y un chaleco de botones ostentosos.

Las rodillas muy juntas al caminar, una con otra como cabe en una mujer a quien su madre ha inculcado el orgullo de tener ascendencia en la nobleza napoleónica, pero que ahora va engarzada en la mano y en el alma de ese ser andino, mestizo y absoluto como es César Vallejo, de traje oscuro riguroso, con una punta de pañuelo blanco que le sobresale en el pecho y que en la mano porta un sombrero de fieltro claro.

6. ¿Qué son nuestros destinos y de qué materia estamos hechos?.

Es una pareja de cuento, una pareja para la historia de la humanidad, que como ella no se ha visto otra. Yo lo supe cuando ella ingresó 14 años después de haber muerto su esposo e iba a conocer viniendo desde Trujillo, es más: desde Lima, es más: desde París, para conocer mi pueblo de Santiago de Chuco enclavado en los andes hasta donde ella arribó siguiendo los pasos de quien fuera su esposo hacía tantos años muerto. ¿No ocurre que más bien sobre el amor se abate el olvido?

Por eso y muchas otras razones significativas es una pareja para la historia de los siglos. Lo importante del instante y del segundo de esa foto en España es que esas dos vidas se persiguieron una a la otra 46 años después que uno de ellos muriera.

En este mundo y en este planeta ellos volverían a encontrarse muchas veces. Y estarán ahora juntos si es que existen otros mundos que repliquen o representen o proyecten a este en donde sobrevivimos.

Tenía Georgette una vida familiar intensa con su esposo difunto. El referente era la mascarilla que ella mandó a que se le tomara en el lecho de su muerte.

Hasta peleaba con él, con el yeso del alma y el aroma a ciegas del ausente. ¿Qué fuerza puede tener la vida para esta suplantación del pálpito y hasta del aliento ¡y hasta de la química del olor! en la tierra blanca con goma que es el yeso? ¿No es igual cuando adoramos con devoción infinita a tantos santos entronizados en los altares? ¿Qué son nuestros destinos para llegar a esta consubstanciación? ¿Y de qué materia estamos hechos los humanos para reverenciar la vida en lo muerto, o en algo que no tiene vida, o en aquello que la lógica y el raciocinio niega y deplora?

7. Tenía que cumplir una misión y una obra aún no terminada.

Estas relaciones paradigmáticas actitudes solo caben en los seres más extraordinarios pero a la vez en los más simples y humildes. En quienes no caben es en los términos medios. Yo he visto en las gentes sencillas este amor consumado más allá de la vida y de la muerte. Y he contemplado ese rito supremo del amor en amuletos y hasta en los objetos cotidianos que alguien tocara, en donde posó su mano el amado o la amada.

Sólo muy pocas veces la mascarilla de Vallejo en la casa de Georgette estuvo cubierta, Lo normal era que conversaran y hablaran interminablemente y que estuviera libre del manto del enojo porque más estuvieron en paz y armonía y en franca comunión.

Sólo una vez estuvo por mucho tiempo cubierta. Sólo una vez tembló la vida a tal punto que amenazara derrumbarse. Sólo una vez estuvo Georgette a punto de dejarlo a él para siempre cuando él ya hacía años que había muerto. Y el motivo fue todo lo que él hizo para salvarla. ¡Pero ella quería irse con él!

La golondrina estuvo a punto de cambiar de rumbo, de cambiar a otro océano. ¡Imposible, no hay otro océano para seres como ella! Pero pudo posar en cualquier roca o piedra. Y no lo hizo. Hubiera emigrado hacia otra playa, quizá de alguna laguna, charco e incluso pantano. Y no incurrió en eso.

Fue, lo confiesa ella, la circunstancia más terrible que ha pasado en la vida, después de la muerte misma de Vallejo en que estuvo de pie a su lado cerca de cuarenta días con sus noches.

Y esta vez fue cuando ella consultó a un medium y éste le reveló un hecho que para ella fue atroz, que estuvo a punto de hacer que el mundo se derrumbara por completo:

Este medium le reveló lo siguiente: Que ella estuvo a punto de morir e ir, consecuentemente, a reunirse con él. Y allí se interpuso Vallejo para que ella permaneciera aquí. Que ella tenía que cumplir una misión y una obra aún no terminada.

8. La crisis más atroz que ella pasó, lo confesó así, en este mundo.

Este hecho, este aplazamiento de volver a juntarse en el cosmos y ser una sola alma en dos cuerpos –aunque estas categorías no son para esos mundos, en donde ya se han encontrado– le causó tal decepción que mucho tiempo la mascarilla permaneció cubierta y ella anonadada no sabía cómo convertir su amor en odio, su pasión en rencor, su cariño en amargura. Ella misma lo ha explicado de este modo: "Aún estando muerto yo continué casada con él. Nunca me interesó otro hombre, pero un día terrible un medium me dijo que se había comunicado con el espíritu de Vallejo y que él le había dicho: 'Georgette quiso seguirme a la muerte pero yo quise que se quedara en la vida'. Ese día me separé brutalmente de él. Así, mientras uno vive con un muerto vive con él, pero cuando uno se separa, entonces empieza la horrenda soledad".

Entonces empezó a romper, a desprenderse de cosas, a querer librarse de él, sin saber por dónde empezar a desatar el nudo que lo ataba a ese hombre que le había inferido el dolor más atroz: el de aplazar el tiempo para reunirse y ser otra vez uno, de estar otra vez juntos.

De ese hombre que había cometido el acto cruel, traidor y desalmado de obligarla a permanecer en este mundo en donde él ya no estaba y de aplazar de modo interminable el reencuentro.

Fue la crisis más atroz que ella pasó, lo confesó así, en este mundo.

9. Nevé tanto para que tú duermas.

Georgette dejó sellada la tumba de César Vallejo –como esposa legítima que era, pues se casaron el 11 de octubre del año 1934 en la Alcaldía del Distrito 15 de París– de tal modo que nunca sea posible abrirla sin su consentimiento.

De ese modo, al morir ella, se esfumaba y caía en un pozo ciego y abismal la única llave que hubiera hecho posible abrir ese catafalco. Ya no solo el retorno a su tierra sino que ni siquiera trasladar el hueso húmero de Vallejo al Perú y a Santiago de Chuco es posible, como es nuestro más profundo y sentido anhelo.

Ella adquirió a perpetuidad la tumba de Montparnasse e hizo trasladar allí los restos mortuorios del poeta –en el lugar que él le indicara que quería descansar algún día, y donde reposan los célebres e inmortales de Francia y el mundo– hecho que consumó el año 1968, para lo cual ahorró moneda tras moneda y sin pedir ayuda a nadie.

Pero dejó estipulado una cláusula en el contrato que de acuerdo a las leyes de Francia es inalienable. Dicha cláusula de acuerdo al régimen de propiedad privada de dicho país es que nadie sin su consentimiento puede abrir dicha tumba. De ese modo lo hizo suyo para siempre, actitud uterina de mujer, quizá haciéndolo el primer y único hijo que alcanzó a tener.

Sobre su lápida mandó grabar parte de este epitafio que escribió para él:

Tú mi vida
tú mi desgracia

toda mujer eternamente
mece un niño

Nevé tanto
para que tú duermas

lloré tanto
para desvanecer tu ataúd

Sin embargo, ella deseó ser enterrada en el Perú, como última e inquebrantable voluntad, como expiación por haberse opuesto de modo tenaz e irrevocable a la repatriación de los restos mortales de César Vallejo a su tierra natal.

10. Tu frente llena de sollozos en mi regazo seco.

No gestionó ser enterrada al lado de César Vallejo. No hizo nada para que ello se cumpliera. Pese al amor sublime, más allá de la vida y la muerte, que traspone y alcanza la eternidad, y que ella le tuvo.

Amor que sobre todo lo probó con su vida, sus pasos y su ejemplo, no dio un solo paso por reunirse con él en este mundo.

Pese a quienes la zahirieron y le reprocharon un querer aprovechar la memoria de su esposo y colocarse muy cerca de él. Se quedó aquí en el cementerio Jardines de la Paz, de La Planicie, en la Capilla 2, Letra C, Fila 4, Nicho 36, Planta B.

¡Sin embargo, aquel lugar en su tumba al lado de él, en Montparnasse, le correspondía!

Pero era más profunda su posesión de tal modo que como cadáver lo porta en el útero simbólico de lo que es su tierra de origen, su cultura y su gente.

¡Sin embargo, ese lugar en su tumba al lado de él le corresponde sobre manera!, no por lo esposa que fue sino por lo mujer eterna consagrada a él en la vida y en la muerte!

No ocupa el lugar que le corresponde. No hizo nada por ello. Y al contrario deshizo en el planeta tierra, siquiera de ese modo, el volver a estar enlazados. Quizá queriendo decirnos con ello que hay pendiente el tema de cambiar el mundo de manera radical.

No movió un milímetro en tal sentido aquella a quien se le acusó de apropiarse de Vallejo. Dejó la lección de que todo ello no era cierto, en lo que hay de profano y superfluo, porque nada más natural y legítimo que ella compartiera junto a él el camposanto que adquirió con sacrificio supremo. Es posible que ni siquiera se le ocurriese en ningún momento. Y si lo pensó lo descartó de plano.

Pero sí dejó escritos estos versos que solamente se pueden escribir con la matriz hecha gemidos:

he corrido tanto
y ya nada existe

Un día
cuando haga mucho calor

como un cascabel roto
iré a sentarme en tu tumba

Con la cabeza apoyada en tu muerte
interminablemente escucharé tu sueño

tu frente llena de sollozos
en mi regazo seco.

Publicado por Carlos Arroyo Reyes en 6:14
Etiquetas: Artículos, Danilo Sánchez Lihón, Georgette de Vallejo
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Centenario del nacimiento de la novelista y ensayista francesa Simone de Beauvoir, un símbolo de la lucha feminista en el mundo

09-01-2008
David Arrabalí
Mundo Obrero


Como una importante impulsora del movimiento feminista en el mundo, al que dedicó gran parte de su creación, la novelista y ensayista francesa Simone de Beauvoir será recordada el mañana miércoles con motivo del centenario de su nacimiento, ocurrido el 9 de enero de 1908.

Simone de Beauvoir nació y vivió su infancia en el seno de una familia burguesa católica parisina, lo que no impidió que desde joven diera muestras de su inconformidad y se convirtiera en una joven comprometida con su género, negándose a aceptar el destino de la mujer sólo como madre y esposa.

En 1929 conoció en la Universidad de la Sorbona a Jean Paul Sartre, con quien se unió estrechamente, hecho al que definiría como "el acontecimiento fundamental de su existencia". Ambos profesores de filosofía mantuvieron una relación afectiva e intelectual hasta el último día de él, el 5 de abril de 1980. Juntos llevaron a la práctica una serie de principios basados en su concepción de la mujer y de la pareja. Jamás se casaron ni vivieron bajo el mismo techo, permitiéndose cualquier tipo de relación y realización fuera de la pareja.

Beauvoir empezó a trabajar en 1943 como redactora de la revista "Tempes modernes", dirigida por el propio Sartre. Ese año escribió "La invitada", texto en el que exploró los dilemas existencialistas de la libertad, la acción y la responsabilidad individual.

La idea motriz que abarca toda su obra es la de la libertad, tanto para las mujeres como para cualquier individuo, concepto que según ella implica al mismo tiempo la noción de responsabilidad. Dichos temas son abordados asimismo en obras suyas como "La sangre de los otros" (1944) y "Los mandarines" (1954), novela por la que recibió el Premio Goncourt.

Las tesis existencialistas, según las cuales cada uno es responsable de sí mismo, fueron introducidas también en una serie de obras autobiográficas, entre las que destacan "Memorias de una joven de buena familia" (1958) y "Final de cuentas" (1972), que según la crítica ofrecen una visión muy reveladora de su vida y su tiempo.

Entre sus ensayos escritos sobresalen "El segundo sexo" (1949), un profundo análisis sobre el papel de las mujeres en la sociedad, y "La vejez" (1970), sobre el proceso de envejecimiento y en el que critica apasionadamente la actitud de la sociedad hacia los ancianos. Asimismo, "La ceremonia del adiós" (1981), en el que evoca la figura de su compañero y colega de tantos años, Jean Paul Sartre.

Intelectual comprometida y curiosa del saber, Simone viajó mucho, visitó Estados Unidos, la Unión Soviética, China y Cuba. Su filosofía existencialista y su compromiso político de izquierda entraron en crisis ante los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Tal vez por eso, explican los estudiosos, abandonó el género de novela y se adentró más en la autobiografía, que le permitió analizarse a sí misma. La novelista, filósofa existencialista y luchadora social, murió el 14 de abril de 1986, en París, Francia.

*David Arrabalí es miembro del Consejo de Redacción de la revista Mundo Obrero y master en Materialismo Histórico y Teoría Crítica por la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

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En los tiempos de Simone

Por: Mabel Bellucci (ARTEMISA)
Fecha publicación: 08/01/2008
Tema: Derechos de la mujer

El 8 de enero de 1908 nacía Simone de Beauvoir en la ciudad de París. Recibió de muy pequeña una educación burguesa asentada en los fundamentos de la religión católica, aunque muy pronto se rebela contra todo lo impuesto. La II Guerra Mundial influye notablemente en su manera de ver la vida y en 1943 decide dedicarse exclusivamente a escribir. En esta nota, la autora refleja el marco histórico y político del ensayo feminista 'El segundo sexo' (1949), una de las obras que la convierte en las figuras intelectuales francesas más importantes y comprometidas del siglo XX.

En 1949, se publica El Segundo Sexo en Francia. Los debates públicos de la época se centran en el estallido de La Guerra Fría entre ambas superpotencias, en el estremecimiento por el horror experimentado con el nacionalsocialismo, el fascismo. La retracción de las luchas de las mujeres por sus conquistas perdidas, lleva al feminismo a atravesar un cono de sombra. Simone de Beauvoir, en el momento de componer El Segundo Sexo, piensa en un ensayo sobre su persona sin llegar a ser sus memorias. Su involucramiento ideológico es con las tendencias comunistas y con los procesos de descolonización del mundo periférico. Aún, falta un compromiso expreso con el feminismo, recién lo hace en 1973.

En suma: El Segundo Sexo fue parido a contratiempo de la historia.

Al carecer de interlocutoras, sin predecir los efectos posteriores que desenlazarían su obra, Simone se anticipa a la aparición de ese movimiento en los sesentas.

Por ello, El Segundo Sexo significará una herramienta teórica pionera, fundacional, que engarzada con otras coordenadas epocales, impulsa a la irrupción de la corriente feminista de la Segunda Ola, conocida también como Women's Lib. Las mujeres encontraron visiones revulsivas que les permitió definir su malestar en un contexto de expansión económica, de progresivo ingreso en la universidad, en el mercado laboral y en la participación colectiva.
La visibilidad de El Segundo Sexo vendrá de la mano de las norteamericanas, quienes representan el paradigma emancipatorio de las mujeres en Occidente.

A lo largo de esa década, emerge una actividad febril en la constitución de frentes autónomos, resistentes al poder, las instituciones, normas y jerarquías. Exploran nuevos modos de intervención pública mediante la práctica de la democracia directa, del comunalismo. Estados Unidos es un referente significativo: sus movimientos atesoran luchas de contestación en torno a la guerra, al consumo capitalista, a las diferencias raciales, de género y sexuales. Sumado, la filosofía situacionista francesa acuña la idea de revolución permanente en lo cotidiano. Además de radicalizar las pugnas políticas, la vida diaria, amorosa y sexual.
Respecto al mundo privado de Simone, ella construye un personaje guía, un polo de atracción para las que exploran en modelos alternativos. Encierra los perfiles propios de un canon: intelectual de talla, con pronunciamientos políticos diversos, escribe, acciona sobre la realidad para una innovación social y sexual. Su campo íntimo es de fronteras abiertas. Hace de lo personal un acontecimiento político. Y como otras escritoras francesas, desde su intimidad afectiva configuran una narrativa literaria y ensayística diferente a la instituida por las plumas masculinas.
Fue más que una feminista, fue una intelectual de izquierda, una activista de derechos humanos, una ensayista con estilo prometedor. Simone se sumó a una experiencia sin precedentes.
http://www.argenpress.info/nota.asp?num=050743&Parte=0

martes, 8 de enero de 2008

4 EL EBANISTA SABIO Y SU HIJO PEREZOSO

DI ROCCO CASTIGLIA
Serie Cuentos para Niños

Había Una vez, un ebanista muy sabio y creativo, que con el tiempo, convirtió su pequeño taller en una grande empresa. En la parte superior del gran galpón, estaba situada la oficina, donde por medio de una gran vidriera, vigilaba y controlaba a los obreros que trabajaban allí.
Cuando su hijo no quiso seguir los estudios universitarios, lo puso bajo la guía del maestro del taller, para que aprendiera a fabricar los muebles, para poder luego dirigir la empresa. Pero el joven era tan perezoso que, en ausencia del padre, se quedaba siempre en la oficina.
El maestro pidió una entrevista con el padre, para informarle que su hijo, casi nunca estaba en el taller para aprender el oficio, por que en su opinión, no era necesario trabajar, para aprender, sino que él podía aprender solamente viendo trabajar a los demás, desde la oficina.
Cuando el padre se enteró de la perezosa conducta de su hijo, dijo: Usted no se preocupe, por que yo, tengo una medicina muy efectiva, para curar esa conducta de mi hijo, esta noche misma voy a colocar un cerrojo en la parte exterior de la puerta de la oficina, y mañana, cuando mi hijo está dentro, pondré el candado para que no pueda salir a desayunar y tampoco almorzar.
Al final de la jornada de trabajo, cuando el padre fue a quitar el candado de la oficina, el hijo, muy molesto y hambriento le pregunta: ¿ por que me encerraste sin desayuno, ni almuerzo?. El padre le contesta: Porque si tu puedes aprender un oficio, solo viendo trabajar a los demás, desde la oficina, también puedes saciar el hambre viendo a los obreros cuando desayunan y almuerzan en el taller.
http://www.lapatriagrande.net/06_cultura/rocco_castiglia/04_elebanista.htm

domingo, 6 de enero de 2008

¿Por qué se perdió el gusto de aprender?

LA EDUCACIÓN Y LA BÚSQUEDA DE SENTIDO[1]
Por: Fernando Del Mastro Puccio
"Hay gentes tan llenas de sentido común,
que no les queda el más pequeño rincón
para el sentido propio". (Miguel de Unamuno)

Hace unos días el doctor Luis Pásara escribió sobre un tema de gran relevancia: "(…) los estudiantes cada vez parecen tener menos interés por aprender". Esto respondería a dos factores. En primer lugar, un predominio de la imagen y la tecnología en la vida del niño que lo acostumbra a tener una actitud pasiva, lo cual desalienta el razonamiento y la curiosidad intelectual. En segundo lugar, la falta de utilidad de la educación para lograr un puesto de trabajo ya sea porque los alumnos tiene contactos (y deja de ser necesaria la educación) o porque contar con una buena educación es, hoy en día, perfectamente compatible con el desempleo.

Comparto la posición del doctor Pásara, pero creo que existe otro importante factor por el cual el interés y el gusto por aprender han disminuido, un factor que no es externo al sistema educativo. Y es que no podemos perder de vista que, en muchos casos, el sistema mismo, limitado a la mera transmisión de conocimiento o enfocado exclusivamente en la rentabilidad futura, ha claudicado en la tarea de impulsar adecuadamente uno de sus fines fundamentales: incentivar, sobre la base del conocimiento, del debate y de la experiencia misma, la búsqueda del propio sentido de vida por parte del alumno.

¿Por qué el haber claudicado en esta tarea ha derivado en la falta de interés de los alumnos por aprender? Porque difícilmente exista tarea más desafiante que la de buscar el propio sentido de vida, tarea que nos coloca ante preguntas existenciales, dirige nuestra mirada crítica de nuestro conciente a nuestro inconciente y nos impulsa hacia la búsqueda de ideales propios; tarea que, en suma, nos aleja del "hombre mediocre" de José Ingenieros, "(…) sombra proyectada por la sociedad, por esencia imitativo y perfectamente adaptado para vivir en rebaño", y nos acerca al "hombre rebelde" de Albert Camus, quien desafía la incertidumbre, al reinventar su mundo como un novelista reinventa la realidad.

No sería, entonces, aventurado afirmar que el momento en que la educación deja de ser un espacio para asumir este desafío coincide con el momento en que los estudiantes pierden el interés por aprender. Y no es para menos: lejos de ser colocados como agentes activos en la tarea de moldear la propia identidad, se les otorgó un lugar pasivo en el que hasta el día de hoy se ve obligados a retener información carente de significado.

En este contexto, creo que es justamente la reconducción de la educación hacia el fin mencionado lo que logrará captar el interés de los alumnos por aprender, toda vez que el desafío del que habla Camus nos genera cuestionamientos cuyas respuestas no están ni en la tecnología ni en la garantía de un futuro asegurado económicamente.

Dicho esto, es preciso preguntarnos, ¿cómo lograr reconducir los fines de la educación? Sin duda se requiere la confluencia de muchos factores. Me limitaré a mencionar solo algunas pautas concretas que han sido esbozadas por algunos autores desde el amplio ámbito de la psicología del desarrollo y la teoría constructivista de la educación.

En primer lugar, creo que es necesario evitar que la enseñanza sea vertical. Durante los primeros años de educación, es necesario que se implemente el modelo educativo democrático propuesto, entre otros, por Paulo Freile. Esto supone que se discutan, en la medida de lo posible, la idoneidad de las reglas del colegio con los niños, que se les planteen dilemas morales básicos, que se promueva la discusión y el debate respecto de temas que les afectan en su propia experiencia, que se llegue al conocimiento sobre la base de preguntas, y que la regla general no sea imponer las decisiones de los maestros sino explicarlas y discutirlas. Esto permitirá que el niño forme un carácter crítico y que se acostumbre a que lo bueno y lo malo no provenga de fuerzas externas sino que dependa, en gran medida, de él mismo.

En segundo lugar, y ya en niveles más avanzados de educación, es necesario promover directamente el tema del sentido de la vida y de las preguntas existenciales propias de la condición humana, no solo como un aprendizaje crítico de posiciones doctrinales sino también sobre la base de métodos innovadores que, tomando dichos conocimientos, busquen el debate, el conocimiento de la realidad, la evaluación y definición de nuestras verdaderas motivaciones y el diálogo intersubjetivo entre personas que tienen distintas experiencias y diversos modos de pensar.

Intentar lograr una enseñanza de estas características sería un buen esfuerzo por fomentar la libertad de conciencia en su nivel formativo y, sin duda, un medio para que los alumnos aumenten sus deseos de aprender, ya que se trata de un aprendizaje en el que ellos toman un rol activo en la búsqueda de respuestas.

Objetarán lo dicho aquellos comunitaristas que consideren los factores culturales como determinantes del carácter, por considerar que esta falta de interés en aprender es parte de la cultura post moderna o por considerar que las minorías culturales tienen derecho a seguir sus creencias sin necesidad de que sean cuestionadas. Habría que responder citando la pregunta que se formula la filósofa Martha Nussbaum, a propósito del caso de una mujer de Rajastán, en la India: "¿Por qué dejar que "la cultura" sea definida por sus suegros, y no por su propio aprendizaje, o por sus necesidades o elecciones? Las culturas reales contienen pluralidad y conflicto, tradición y subversión".

En esa medida, la educación debe ser un ámbito que si bien reproduzca en cierta medida la cultura (lo cual es inevitable y positivo) mantenga también la capacidad para fomentar que los alumnos puedan cuestionarla o repensarla, al prepararlos para que puedan asumir la libertad que los define como seres humanos.

Considero, entonces, que la educación debe buscar que los alumnos sean, en términos de Nietzsche, "(…) curiosos hasta el vicio, investigadores hasta la crueldad, dotados de dedos para hacer lo inasible, de dientes y estómagos para digerir lo indigerible, dispuestos a todo oficio que exija perspicacia y sentidos agudos, prontos a toda osadía, gracias a la sobreabundancia de voluntad libre".
13/08/07
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[1] Tomado de “Terca opinión” diario virtual. Recuperado en:
http://www.tercaopinion.org/ art136.htm

NAVIDAD O VANIDAD

Por monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de Las Casas
SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, lunes, 24 diciembre 2007 (
ZENIT.org).-

Navidad.
Hemos de preguntarnos si será una celebración del misterio del Verbo Encarnado, que trae paz al corazón y a la familia, que es presencia de Dios en nosotros, que genera justicia para los desamparados, que alienta tiempos nuevos en la política y en la economía, o se reducirá a fiestas, bailes, regalos, adornos, vacaciones, excesos en comidas y bebidas, ruido ensordecedor; en una palabra, si todo será vanidad...
Para millones de pobres, estos días serán como cualquier otro, sin esperanza, sin consuelo, sin seguridad de futuro y de presente. Se limitarán a ver y escuchar la publicidad de la radio y la televisión, si tienen. Se les despertarán deseos que nunca podrán satisfacer, con una sensación de fracaso por no lograr lo inaccesible. Ante su impotencia, algunos se refugiarán en el alcohol, se les acrecentarán resentimientos sociales, se expondrán a la tentación de entrar al mundo del narcotráfico, como único recurso para salir de su miseria.
JUZGAR
El Papa Benedicto XVI acaba se sintetizar el sentido cristiano de la Navidad: "El misterio de Belén nos revela al Dios-con-nosotros, al Dios cercano a nosotros, no sencillamente en sentido espacial y temporal; Él está cerca de nosotros porque ha «desposado», por así decirlo, nuestra humanidad; ha tomado sobre sí nuestra condición, eligiendo ser en todo como nosotros, menos en el pecado, para hacer que nos convirtamos como Él. La alegría cristiana brota por lo tanto de esta certeza: Dios está próximo, está conmigo, está con nosotros, en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, como amigo y esposo fiel. Y esta alegría permanece también en la prueba, en el sufrimiento mismo, y permanece no superficialmente, sino en lo profundo de la persona que se entrega a Dios y confía en Él" (Angelus del 16 de diciembre 2007).
Esta "buena noticia" despierta alegría, consuelo y esperanza. Así lo vi palpablemente en los rostros de varios indígenas, muy pobres, con quienes celebré la Eucaristía el domingo pasado. La certeza de que Dios está contigo, conmigo, con ustedes, nos produce seguridad, fortaleza, ánimo, incluso en medio de las enfermedades, los problemas, las limitaciones económicas. Los pobres gozan con la certeza de que Dios los ama, de que no los desprecia, de que son sus preferidos. Esto les da una fuerza interior tan profunda, que no se dejan seducir por amarguras, por incitaciones a la violencia, por resentimientos sociales. No es un consuelo barato, no es una enajenación, sino una fe tan dinámica y creativa, que los lleva a luchar por salir de su miseria, sin esperar que todo se los resuelva el gobierno.
Decía también el Papa: "Algunos se preguntan: ¿pero todavía hoy es posible esta alegría? ¡La respuesta la dan, con sus vidas, hombres y mujeres de toda edad y condición social, felices de consagrar su existencia a los demás!... Sí, la alegría entra en el corazón de quien se pone al servicio de los pequeños y de los pobres. En quien ama así, Dios hace morada, y el alma está en la alegría. Si en cambio se hace de la felicidad un ídolo, se yerra de camino y es verdaderamente difícil encontrar la alegría de la que habla Jesús. Es ésta, lamentablemente, la propuesta de las culturas que sitúan la felicidad individual en el lugar de Dios, mentalidades que tienen su efecto emblemático en la búsqueda del placer a toda costa, en la difusión del consumo de drogas como huída, como refugio en paraísos artificiales, que se revelan después completamente ilusorios" (Ib).
ACTUAR
Concluía el Papa: "También en Navidad se puede equivocar el camino, cambiar la verdadera fiesta con la que no abre el corazón a la alegría de Cristo". Es lo que les pasa a quienes reducen esta fiesta a pura vanidad. Inician el nuevo año con un vacío interior, con un cansancio en el alma, que nada puede remediar.
Haga usted la prueba de acercarse a Jesús y de hacer algo por los demás, empezando por su familia. Comparta su tiempo y sus bienes con los pobres. Verá que su Navidad no es vanidad, sino amor, justicia, verdad, paz, fiesta espiritual. Sólo el amor a Dios y al prójimo nos hacen profundamente felices.
+ Felipe Arizmendi EsquivelObispo de San Cristóbal de Las Casas
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LA HORMIGUITA Y EL LIRIO

Serie Reflexiones

Había una vez una hormiguita. Esta hormiguita era como toda buena hormiga, trabajadora y servicial.

Se la pasaba acarreando hojitas de día y de noche: casi no tenía tiempo para descansar.

Y así transcurría su vida, trabajando y trabajando. Un día fue a buscar comida a un estanque que estaba un poco lejos de su casa, y para su sorpresa al llegar al estanque vio como un botón de lirio se abría y de él surgía una hermosa y delicada florcita.

Se acercó: - ¿Hola, sabes? ¿Eres muy bonito... que eres?

Y la florcita contestó: - Soy un lirio. Gracias, sabes eres muy simpático, que eres?

- Soy una hormiga, gracias también.

Y así la hormiguita y el lirio siguieron conversando todo el día, haciendo grandes amigos. Cuando iba anochecer la hormiga regreso a su casa, no sin antes prometer al lirio que volvería al día siguiente mientras iba caminando a su casa, la hormiga descubrió que admiraba a su amigo, que lo quería muchísimo y se dijo:

"Mañana le diré que me encanta su forma de ser"

Y el lirio al quedarse solo se dijo: " Me gusta la amistad de la hormiga, mañana cuando venga se lo diré"

Pero al día siguiente la hormiguita se dio cuenta de que no había trabajado nada el día anterior. Así que decidió quedarse a trabajar y se dijo: "Mañana iré con el lirio ; hoy no puedo, estoy demasiado ocupado, mañana y le diré además, que lo extraño "

Al día siguiente amaneció lloviendo y la hormiga no pudo salir de su casa y de dijo

- Que mala suerte hoy tampoco veré al lirio.

Bueno no importa mañana le diré todo lo especial que es para mí"

Y al tercer día la hormiguita se despertó muy temprano y se fue al estanque, pero al llegar encontró al lirio en el suelo, ya sin vida.

La lluvia y el viento habían destrozado su tallo. Entonces la hormiga pensó, que tonta fui, desperdicie demasiado tiempo, mi amigo se fue sin saber cuanto lo quería, en verdad me arrepiento.

Y así fue como ambos nunca supieron lo importantes que eran. No esperes el mañana para soñar, y por ningún motivo dejes de decirle a una persona que la amas.
Autor desconocido
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